La familia es un grupo humano que nos proporcionan identidad y pertenencia. La familia es nuestro grupo primario, en el que crecemos y donde adquirimos los primeros valores y patrones de comportamiento.
Las familias se encuentran expuestas a diversas crisis a lo largo de su existencia. Muchas de estas crisis tienen que ver con cambios vitales: matrimonio, llegada de los hijos, adolescencia, enfermedades, pérdidas…
Generalmente en la familia se movilizan ayudas internas para superar estas crisis pero en ocasiones estas ayudas no sirven. Es entonces cuando se buscan fuera y se acude a los profesionales.
La terapia familiar proporciona una nueva mirada del grupo hacia sí mismo. Los terapeutas dejamos de mirar a cada individuo para observar al grupo en su complejidad: las relaciones entre los miembros, las dinámicas generadas entre ellos, los valores que les caracterizan…
Esta visión más amplia y completa permite que el grupo vuelva a generar ayudas internas más creativas para enfrentarse a las crisis y, con ellas, a los procesos de cambio.