La terapia de grupo desde el enfoque gestalt

La terapia de grupo o terapia grupal desde la perspectiva gestalt es un proceso terapéutico vivencial y dinámico, centrado fundamentalmente en el aquí y ahora de la experiencia compartida por los miembros del grupo. Su objetivo principal es facilitar el darse cuenta (awareness) de cada participante sobre sus propios patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento, especialmente en la interacción con los demás. A diferencia de otros enfoques grupales, la terapia gestalt en grupo no se enfoca tanto en la interpretación del pasado, sino en cómo ese pasado se manifiesta y afecta las relaciones y la experiencia presente dentro del propio grupo.
El grupo terapéutico gestalt se convierte en un microcosmos, un laboratorio seguro donde los participantes pueden explorar y experimentar nuevas formas de relacionarse consigo mismos y con los otros. Las interacciones, que surgen espontáneamente entre los miembros, muestran el emergente grupal y son el material principal de trabajo. Se observa cómo cada persona establece o evita el contacto, cómo gestiona sus fronteras de contacto, y cómo se posiciona frente a las necesidades y demandas del entorno grupal. La premisa es que los patrones relacionales que una persona muestra en el grupo suelen ser un reflejo fiel de cómo se relaciona en su vida exterior.
Un concepto clave en este abordaje es la responsabilidad. Se anima a cada miembro a hacerse responsable de su propia experiencia, de sus elecciones y de sus acciones dentro del grupo. Esto no implica culpa, sino la capacidad de reconocer la propia participación en lo que sucede y la libertad para elegir respuestas diferentes. Por ejemplo, si un participante se siente constantemente ignorado, el terapeuta gestalt grupal le invitaría a explorar qué hace o deja de hacer él para contribuir a esa situación (¿Habla en voz baja? ¿Evita la mirada? ¿No expresa claramente sus necesidades?) y a experimentar formas alternativas de hacerse presente y comunicar lo que necesita o siente.
El trabajo se articula en torno al ciclo de la experiencia o ciclo de satisfacción de necesidades. Se observa cómo emergen las necesidades en cada individuo dentro del contexto grupal, cómo se moviliza (o no) la energía para satisfacerlas, cómo se establece el contacto necesario para ello y cómo se llega (o no) a la satisfacción y retirada. Frecuentemente, aparecen interrupciones del contacto (mecanismos como la introyección, la proyección, la retroflexión, la confluencia o la deflexión) que impiden completar el ciclo de forma saludable. El grupo ofrece una oportunidad única para identificar estas interrupciones en vivo y en directo, comprender su función y experimentar maneras más fluidas y auténticas de estar en relación. Por ejemplo, una persona que tiende a retroflectar su enfado (dirigiéndolo hacia sí misma en lugar de expresarlo hacia afuera) podría, en el grupo, tomar conciencia de la tensión en su mandíbula cuando otro miembro dice algo que le molesta, y ser invitada a explorar la posibilidad de expresar su molestia de forma directa y respetuosa.
El rol del terapeuta gestalt en el grupo es el de un facilitador activo y presente. No actúa como un líder directivo que interpreta o da soluciones, sino que acompaña al grupo y a sus miembros en su proceso de darse cuenta. Utiliza su propia observación fenomenológica (centrada en lo observable, sin juicios previos) y su propia resonancia emocional para señalar lo que está ocurriendo en el aquí y ahora. Propone experimentos, que son invitaciones a la acción diseñadas para que los participantes exploren aspectos de sí mismos o de sus relaciones de una manera concreta y vivencial. Un experimento podría ser, por ejemplo, pedir a dos miembros que están en conflicto que dialoguen directamente mirándose a los ojos, prestando atención a sus sensaciones corporales y emociones mientras lo hacen, en lugar de hablar sobre el otro en tercera persona.
Los beneficios de la terapia de grupo gestalt son múltiples. Los participantes suelen experimentar un aumento significativo de su darse cuenta corporal, emocional y cognitivo. Aprenden a identificar y expresar sus necesidades y emociones de forma más clara y directa, mejorando su capacidad de contacto auténtico con los demás. El feedback recibido de otros miembros, ofrecido en un contexto de apoyo y confidencialidad, es una herramienta poderosa para verse a sí mismo desde otras perspectivas y cuestionar creencias limitantes. Además, el grupo permite abordar asuntos pendientes del pasado que se reactivan en las interacciones presentes, ofreciendo la posibilidad de darles un cierre más saludable. La exploración de las polaridades (aspectos opuestos de la personalidad, como la fortaleza y la debilidad, la dependencia y la independencia) también es un foco frecuente, buscando la integración de estas partes en lugar de la negación de una de ellas.
Las dinámicas propias del trabajo grupal, como la identificación con las experiencias de otros (sentirse menos solo en el propio sufrimiento), la universalidad (descubrir que otros comparten problemas similares), el aprendizaje interpersonal (ensayar nuevas conductas relacionales) y la cohesión grupal (el sentimiento de pertenencia y apoyo mutuo), son elementos que potencian el proceso terapéutico gestaltista. El grupo ofrece un espejo multifacético donde cada uno puede reflejarse y comprenderse mejor a través de la mirada y la presencia de los otros. La confrontación, entendida en gestalt no como ataque sino como un señalamiento honesto y respetuoso de las incongruencias o evitaciones, también juega un papel importante en el crecimiento.
A diferencia de la terapia individual, el formato grupal expone al individuo de manera más directa a la complejidad de las relaciones interpersonales. Mientras que en la terapia individual la relación se centra principalmente en el vínculo terapeuta-paciente, en el grupo las interacciones son múltiples y cambiantes, ofreciendo un campo más rico y variado para la exploración del contacto y las fronteras. No reemplaza necesariamente a la terapia individual, pudiendo ser incluso un complemento muy valioso, pero ofrece un escenario único para trabajar específicamente los aspectos relacionales y sociales del ser humano.
La terapia de grupo gestalt es adecuada para una amplia gama de personas que buscan un mayor autoconocimiento, mejorar sus relaciones interpersonales, gestionar sus emociones de forma más saludable, aumentar su autoestima o trabajar dificultades específicas como la ansiedad social, la timidez o problemas de comunicación. Es un enfoque potente que confía en la sabiduría organísmica y en la capacidad inherente de las personas para el crecimiento y la autorregulación, siempre que se den las condiciones adecuadas de apoyo y conciencia. El grupo gestalt busca precisamente crear esas condiciones, facilitando que cada miembro descubra y despliegue su potencial único en el encuentro genuino con los demás.
La terapia de grupo con enfoque gestalt es una modalidad terapéutica profundamente humanista y experiencial. Al centrarse en la presencia, el darse cuenta y la responsabilidad dentro del crisol de las interacciones grupales, ofrece una vía poderosa para la transformación personal y relacional, permitiendo a los individuos vivir de una manera más plena, auténtica y conectada consigo mismos y con el mundo que les rodea

Bibiografía:

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