La psicoterapia es un tratamiento comprensivo de naturaleza psicológica que se desarrolla entre un profesional especialista y una persona que precisa ayuda. Se lleva a cabo de acuerdo con unos fundamentos metodológicos (acerca de la génesis y evolución de los fenómenos psíquicos) y tiene como finalidad aliviar un sufrimiento emocional y las consecuencias comportamentales derivadas, a través de la relación interpersonal entre la persona que consulta y el terapeuta.
El cómo cambiar psíquicamente (la resolución de aquellos conflictos personales internos y/o interpersonales), el cómo sentir de otra forma (sentir menos ansiedad, menos inhibición, más ilusión, más esperanza, etc.) es el punto central en todo tratamiento psicoterapéutico.
El principio sine qua non en una psicoterapia, es la concepción de la persona desde una perspectiva integral. La manera de abordar el problema o demanda no sólo depende de la naturaleza del mismo, sino también de la propia persona y sus contextos. Cada persona es única, al igual que lo son sus características personales y circunstancias vitales.
Aunque parte del abordaje terapéutico consiste en descubrir la naturaleza del problema, el origen y las causas, sus particularidades y las variables relacionadas con éste; se trata fundamentalmente de dotar a la persona de un mayor conocimiento sobre sí misma. La búsqueda de solución de sus conflictos y la técnica a aplicar, vendrán determinados por las características de éstos y las del propio sujeto.
La psicoterapia, en el sentido de habitarse y apropiarse de lo que uno puede llegar a ser, desde sus verdaderas potencialidades de autorrealización o desarrollo personal, aspira a coronar esa máxima del nosce te ipsum (conócete a ti mismo) que reza el proverbio clásico.